Davina | Capítulo 1

7.11.15

NOTA DE AUTORA: Esta novela tiene como intención hacer un homenaje a todas aquellas historias escritas anteriormente por mí, así como de darles el toque de mi estilo actual de escritura. Las ideas, sin embargo, se mantendrán intactas y solo cambiará la forma de ver las cosas. Además, todo se narrará desde el punto de vista de la protagonista, Davina, quien será la que camine entre mundos.Los libros que aquí aparecerán, no tienen ninguna relación con posibles libros publicados por autores consagrados o noveles (aunque quizá, algunos de los libros aquí mencionados, sea pronto publicado por mí).
*Si te gusta leer con música, puedes consultar su soundtrack en la ficha de Davina.

Imagen reciclada de mi antiguo blog: Crónicas de una escritora.
Tras terminar de leer su última novela, pocas cosas podían sorprenderme ya. El hecho de que tocara todos los géneros era algo que me asombraba, pues pocas veces había descubierto a un autor que fuera capaz de escribir fuera de su zona de confort. Y aunque R era bien conocida por su narrativa romántica –que era la que solía destacar más por el gran público que abarcaba–, también era capaz de atreverse con el suspense o incluso el terror. Por alguna razón no me sorprendió saber que le encantaba escribir fantasía. ¿A quién no le gustaría si te deja un margen mayor de libertad dentro de tus propias reglas? O al menos, yo lo veía así.

Tres noches habían pasado desde que comencé a leer la última obra de R. Tres noches llenas de café, pastas y muchas aventuras. De todo tipo y en cualquier lugar. Y aunque el protagonista no se enfrentaba directamente a un dragón o a un ejército de seres oscuros, no cabía duda de que la batalla que libraba era aún mayor. Una batalla contra sí mismo y sus emociones. Adoraba ese tipo de novelas por la gran lucha interior de los personajes.

«Ojalá pudiera vivir alguna de estas grandes aventuras —pensaba siempre—. Sería maravilloso poder ser la protagonista en lugar de un mero espectador que no puede intervenir». Suspiré con fuerza y me asomé a la ventana con cierta nostalgia. Echaba mucho de menos a mamá, desde su muerte me he sentido tan sola que he intentado llenarme con todos estos libros. Aunque mi padre también me hace compañía cuando no está en viajes de negocios o en la oficina. A veces me pregunto si sabe que aún existo en su mundo; tal vez creyera que me fui de la casa. ¿Cómo saberlo si no he hablado con él desde aquello?

Apenas salía de casa, solo para comprar o dar largos paseos por el Campo de Marte. A veces, me quedaba sentada varias horas rememorando todas esas escenas que alguna vez me marcaron como lectora. E incluso me acercaba a la Torre Eiffel para contemplarla desde abajo, imaginando historias que pudieran suceder en su interior.

Ese día, en concreto, permanecí en el banco durante cuatro horas pensativa. Mi mirada perdida podía incitar fácilmente a que aquellas personas que no quisieran conversación se sentaran a mi lado. Sin embargo, mi predicción no fue del todo certera: alguien buscaba a alguien con quien conversar, y me había elegido a mí.

Hacía tiempo que no te veía, Davina.

Eso es porque no he querido mostrarme al mundo. Al menos, no a las personas que conozco —respondí, girando la cabeza para observar sus ojos verdes.

Pensaba que le había ocurrido algo a mi mejor amiga.

Por supuesto, hablaba de mí. Francesca era mi mejor amiga de la infancia, la única que me apoyó cuando mi madre murió. Pero hacía ya un tiempo que me distancié de ella por razones que ni yo misma sé. ¿Alejarme de la gente que me quiere, tal vez?

Tierra llamando a Davina... —Sonreí al oír aquello.

Lo siento, estoy acostumbrada a estar sola y...

¿Y qué pasa con tu padre? —quiso saber.

¡Ni me lo nombres! ¿Vale? —espeté— Parece que está más centrado en su trabajo que en darme el apoyo que aún necesito. No puedo creer que ni siquiera sepa que sigo viviendo en su casa...

Los ojos de Francesca se abrieron como platos del asombro, aunque no sabía si era por mi tono de voz o por lo que estaba contándole. Aunque no tardó mucho en volver a su estado habitual.

Dale una oportunidad —sugirió—. Estará igual que tú, aunque haya pasado tiempo desde aquello.

Me lo pensaré, pero no te prometo nada —Ella sonrió—. Ahora, si me disculpas, tengo que volver a casa. Ya está anocheciendo y apenas me he dado cuenta.

Ambas nos despedimos con la esperanza de volver a vernos algún día y cada una se fue por su lado. Sin perder más tiempo volví a casa y encontré con el mismo panorama de siempre: mi padre no estaba.

Como no... —mascullé, dirigiéndome hacia mi habitación.

Cerré la puerta y me acerqué a la ventana para mirar a través de ella. Algo llamó mi atención, algo que estaba fuera de lugar en el jardín. A toda prisa, salí de allí. Tenía que llegar lo antes posible para cerciorarme de que no era una ilusión.

Al llegar, lo encontré quieto y mirando hacia el mismo sitio: mi ventana. «¿Debería sentir miedo?» sopesé, sabiendo que finalmente me atrevería a llegar más allá. Con esa intención, me acerqué con cautela hacia el personajillo que tenía frente a mí.

Ni se te ocurra.

Di un pequeño salto en el sitio al oír aquella voz chillona que procedía de aquel ser. No sabía cómo catalogarlo, pues no se encontraba entre ninguna de las especies que todos sabíamos que existían.

¿Qué?

Ni se te ocurra —repitió.

¿Qué eres?

Ni se te ocurra.

Vale... Veo que eres uno de esos seres que solo sabe decir una frase. ¿Me equivoco?

Ni se te ocurra.

Bufé ante la idea de tener que comunicarme con algo que no conocía más que cuatro palabras. Crucé los brazos en mi pecho y alcé una ceja, observándolo con detenimiento. Me sobresalté al descubrir que su rostro se había girado hacia mí.

Ni se te ocurra, Davina.

Dejé caer los brazos ante aquella nueva revelación, sorprendida.

¿Cómo has hecho eso? ¿Cómo sabes mi nombre?

Ni se te ocurra abandonar este mundo.

Parece que solo puedes hablar usando como inicio esa maldita frase. La estoy empezando a odiar por tu culpa... —comenté con una sonrisa al comprender cómo funcionaba su cerebro, si es que poseía.

Ni se te ocurra cuestionar si poseo o no cerebro, Davina —carraspeó—. Deberías saber ya que todo es posible si tienes imaginación. ¿Eres consciente de ello?

Vale, estás empezando a asustarme... —retrocedí dos pasos— ¿Qué eres y por qué estás aquí?

No tengas miedo, ma petite —«Increíble ¡ahora habla francés!»—. Estoy aquí porque no puedes evitar tu destino.

¿Sabes que eso es muy cliché?

¡Silencio! —ordenó— No sé a qué te refieres con eso de cliché, pero es lo que hay. Has sido elegida por el Oráculo para salvar el mundo oculto de las aventuras.

¿El mundo oculto de las aventuras? ¿Quién eres tú? ¡Y exijo una respuesta ahora mismo!

El silencio se estableció entre nosotros durante un rato. Parecía que mi exigencia le sorprendió, pero mi autoridad no duró mucho tiempo.

Tienes que venir conmigo. Ya —dictaminó.

Pero no puedo dejar mi casa ni a mi padre... —No eran más que mentiras.

¿Estás segura? —Acercó su rostro deforme hacia el mío, acto que me inquietó demasiado— Porque yo diría que tu padre te importa más bien poco.

¡Pero qué dices! Eso no es verdad, me importa más de lo que parece...

Apreté los puños con rabia, evitando llorar por alguien que sabía que no se lo merecía.

Ven conmigo y olvida tus problemas —Extendió su mano hacia mí, dejando un poco de espacio entre los dos.

¿Y ocuparme de otras preocupaciones? —objeté— Ni hablar.

Te propongo algo: ven conmigo. Observa el mundo del que te hablo y ya decides si te quedas o no. Unas horas nada más, te lo prometo. Y no te volveré a molestar.

Trato hecho.

Agarré su mano y la agité con fuerza para sellar el trato.



También podrían gustarte...

4 opiniones

  1. Anónimo29.11.15

    Wow! Me gusta! Otros mundos, otros seres
    ...me apunto a seguir la historia encantada!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias! Me alegra también tenerte por aquí *-*

      Eliminar
  2. Me parece que es una historia genial, muy original, Davina ya se ganó mi simpatía, y ¡que intriga por saber cómo será ese mundo oculto de las aventuras! ¡¡¡*-*!!! ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vaya! Muchas gracias por interesarte por esta historia, le tengo mucho cariño porque engloba otras que, o perdí con el cambio de ordenador hace años, o no llegué a escribir por 'x' o 'y' razón. Cada vez que llega un nuevo lector me emociono por eso *-*

      Espero que te guste y, ya sabes, te estaré esperando por los comentarios ;)

      Saludos.

      Eliminar

Ficción Romántica te informa de que tus datos personales recogidos en este formulario serán tratados únicamente para poder mostrar el comentario que envíes y solo estarán almacenados en Blogger (Google) para ese fin. Si quieres leer su política de privacidad, haz clic en el anterior enlace. Si no introduces los datos que aparecen en el formulario es posible que no puedas comentar en el blog. En cualquier momento podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y supresión de tus datos en ficcionromantica@gmail.com, así como el de presentar una reclamación ante una autoridad de control. Puedes consultar la información detallada en la política de privacidad del blog.


¡Atención! El spam no está permitido bajo ningún concepto. Si vienes de la iniciativa 'Seamos seguidores', recuerda que tienes una entrada bien bonita donde puedes anunciar que me sigues. Por cierto, solo con comentar en cualquiera de las entradas (recuerda hacerlo de manera coherente según sus contenidos) te aseguras de que yo me pase por tu blog, si puedo, para devolverte la visita. Recuerda que si no lo haces, no tengo forma de saber si me lees.