Este mes tengo el placer de presentarte a María Elena Tijeras, cuyo artículo seguro que al menos te hará reflexionar. Sobre todo si has vivido una situación similar a la que nos cuenta o vas a estar a punto de hacerlo, pero no terminas de animarte. No te entretengo más, espero que disfrutes de la entrada y la encuentres, como mínimo, interesante.
El abanico es tan amplio que
podría estar media vida enviando correos electrónicos, tocando puertas y
asomándome a ventanas que al final podría conseguir lo mismo: todo o nada.
Nunca se dijo que fuera fácil, jamás se habló de que llegar ahí sería como dar una
zancada más grande, pero ¿hasta qué punto puede resultar una experiencia
traumática?
Dicen que los
tiempos cambian, que los caminos a seguir se abren para que cada uno se sienta
en la necesidad de elegir cuál tomar, sin embargo, optar por la vía que quieres
puede resultar tan agotador como exasperante.
Llegar a esta
situación en la que la meta parece estar solo al alcance de unos pocos
iluminados no es difícil, más bien, creo que es el pan nuestro de cada día de
muchos de los que lo intentan así. Seguro que después de leer lo anterior aún
no te habrás dado cuenta de lo que hablo, pues no es más que otra cosa que la
búsqueda de una editorial que me de confianza
para publicar mi novela.
Desde hace
meses estoy inmersa en esta labor. ¿Meses? Sí, desgraciadamente, hay que
esperar tanto tiempo que caer en un bucle de nefastas emociones que aniquilan
esa ilusión del principio es tan fácil como respirar. Seguro que los que han
pasado por lo mismo y han estado tirando su tiempo por la borda del barco de la
ansiedad que nace como resultado de ello se estarán riendo de ese lapso
temporal, meses... «yo me he tirado años», dirán. «Al final terminé por
autopublicar», comentarán otros con media sonrisa en los labios. Por las Redes
es frecuente encontrarse con la historia de grandes escritores que fueron
rechazados por infinidad de editoriales y que vieron su obra publicada muchos
años después de escribirla como el caso de J.R. Rowling, por todos conocida ya
su trayectoria, o mi adorada Agatha Christie que, según cuentan, tuvo que suplicar porque alguien le publicara
algunas de sus novelas. ¿No te parece todo esto algo totalmente surrealista?
«Si en un
plazo aproximado de SEIS MESES no se ha dado una respuesta, el manuscrito se
considerará rechazado».
«Respuesta en
un plazo máximo de CINCO meses».
«No estamos
autorizados para explicar los motivos de un rechazo».
Perlas como
estas me he encontrado en las webs de algunas editoriales. Ya no solo se te va
la vida esperando, sino que, además, no se molestan en dar una sencilla
explicación... algo que me deja la sensación de que entre la editorial y el
escritor hay un pedestal tan grande que ni con una escalera se lograría llegar,
cuando la realidad debería ser otra muy diferente: si tú trabajo depende de
otro, ¿no sería lo más normal que hubiera «comunicación» entre ambos?, porque
no hay que olvidar que sin escritores no habría editoriales, ya se trate de
libros, revistas, coleccionables...
Como decía al
principio, el abanico es muy amplio. El universo de editoriales que existen
actualmente lleva a la confusión más extrema: ¿a dónde envío mi novela? ¿Entrará
dentro de su línea editorial? ¿La rechazarán por mezclar varios estilos
literarios? (ah, no, que no me darán un motivo de su negativa). ¿Estará mi
novela al nivel de las otras publicadas?... Yo me he hecho estas preguntas
antes de pulsar la tecla de enviar, pero también me he dicho, «si no lo
intento, seguro que no lo consigo», y me niego a que por mí no sea. Seguiré
insistiendo, tocando puertas, asomándome a ventanas y enviando correos
electrónicos, esas serán mis armas para llegar a donde quiero, porque, a veces,
la última llave es la que abre la puerta.
4 opiniones
Autopublicar no es tan mala opción. Yo diría que hasta podría ser muy buena primera opción. Sobretodo si eres una escritora joven.
ResponderEliminar¡Hola! No sé en el caso de María Elena, pero en el mío lo consideré como primera opción porque sabía que me iba a costar mucho tiempo encontrar una editorial que me acogiera como novel. Sí es cierto que cuesta, pero con el tiempo se gana experiencia.
EliminarGracias por pasarte por aquí y comentar :)
Yo no mandé nada a editoriales jamás. Algunos consiguieron ser publicados luego de años. En mi caso, me decidí por autopublicar y ser dueña de todas las decisiones que tomo de mis novelas. Lo malo es que uno está solo para corregir y para equivocarse. Pero, hay que pensar que internet posibilita nuevos caminos. Las editoriales lo saben. No descarto que algún día lo haga. Pero te traba por años una novela que no podés mostrar en ningún lugar porque está siendo enviada. Igual con los concursos. Así se te pasan años y años.
ResponderEliminarInteresante debatir estos temas.
Ese es el problema, el tiempo que se tarda en esperar una valoración cuando cabe la posibilidad de que ni siquiera te la den. También el hecho de esperar a la resolución de un concurso. La autopublicación no está nada mal para darte a conocer (aunque hay que saber hacerlo y tener paciencia), luego ¿quién sabe lo que pasará? ;)
EliminarGracias por pasarte, como siempre, y comentar.
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