Davina | Capítulo 2

14.11.15


Aún no podía creer que Nise (así fue como lo llamé ante la ausencia de su nombre) hubiera venido a por mí desde un mundo mágico. ¡Eso solo pasaba en los libros! «Espera —dijo mi voz interior— ¿y si estás soñando y en realidad Nise no existe? ¿Has probado a pellizcarte?». Lo hice, pero no dio resultado: aquella criaturita seguía ante mí, como si esperara algún tipo de reacción que le indicara que podíamos irnos. En ese momento me arrepentí de haber aceptado sin pensarlo más, pero las ansias de vivir aventuras habían podido con mi fuerza de voluntad.

¿Estás preparada? —preguntó, volviendo a ofrecer su mano para que la tomara.

S-sí —vacilé.

Sin embargo, él no apreció ese detalle y, cuando nuestras manos se unieron, todo el mundo a mi alrededor comenzó a girar. Alguien debió advertirme de este tipo de viajes para prepararme, pues solía marearme con facilidad. Cuando todo se detuvo, ya no estábamos en el jardín de mi casa, sino en un bosque frondoso.

¿Dónde estamos?

En el Reino de los Tres Reyes Magos —respondió Nise.

«Un momento… Esto me suena». Recordé que había leído un libro en el que se mencionaba aquel reino. ¡No me lo podía creer! ¿Realmente estaba allí o solo eran suposiciones mías?

¿No me digas que…? —comencé a decir, pero él me interrumpió.

Será mejor que esperes a que todas tus preguntas sean respondidas. Ellos te explicarán todo lo que tienes que saber antes de ir al Oráculo.

Los nervios se habían apoderado de mi cuerpo. De ser así, estaba a punto de conocer a los famosos personajes de uno de los primeros libros de mi autora favorita. El simple hecho de poder conocer a Nico me llenaba de felicidad, una que no experimentaba desde hacía años. «Aunque si está por aquí Laura tal vez se sienta amenazada». Aun así, me sentía muy afortunada por estar allí y, por un momento, me olvidé del verdadero motivo por el que me encontraba allí.

Vamos. Y no te alejes ni un segundo de mí o te perderás.

Pero yo sabía que no sería así, conocía cada palmo de aquel bosque y todas sus salidas. A no ser, claro, que la autora en su libro dejara zonas sin explorar y justamente me perdiera por una de ellas. De todas formas, en ningún momento me alejé de Nise, pues deseaba con toda mi alma llegar cuanto antes al castillo y conocer a los tres reyes.

Ninguno de los dos hablamos durante todo el camino. Mientras él me guiaba hacia el castillo, yo pensaba en todas las posibles preguntas que podría formular. Parecía que todo lo que me había pasado en escasos minutos no era más que un sueño. Sin embargo, todo era tan real que me cuestioné el hecho de que aquel mundo existiera realmente.

Ya hemos llegado —dijo Nise cuando tuvimos el castillo de frente.

Apenas me había percatado de nuestra llegada, mucho menos del instante exacto en el que salimos del bosque. Todo se tornaba extraño cada segundo que transcurría desde el primer encuentro con Nise.

Es muy bonito —comenté al observar de cerca la estructura del edificio—. Dime ¿hay algo más en estas tierras aparte del bosque y el castillo?

¡Claro! Tras él —Y señaló la enorme estructura de piedra— se encuentra la ciudad, donde todos los seres que habitamos este mundo vivimos tranquilamente. Como ocurriría en tu mundo, según tengo entendido. Trabajamos, comemos, dormimos y acudimos a eventos sociales que organizan en el castillo. Como ves, es bastante grande como para acogernos a todos. Si te autorizan a visitar mi hogar, sabrás por qué.

Aunque me lo imaginaba, asentí tras ver el brillo de emoción en los ojos de Nise. Tenía la sensación de que, aparte de la grandiosidad del lugar al que accederíamos en poco tiempo, la ciudad no sería tan grande como yo estaba acostumbrada a ver. Y me imaginaba también la estructura de los habitantes.

Accedimos al castillo sin que ninguno de los guardias se quejara al respecto. Al parecer, nuestra llegada estaba más que alertada, lo que me hizo pensar que las palabras de aquella criatura eran más verídicas de lo que pensaba. El pasillo por el que nos adentramos me recordó a aquellos que aparecían en las películas históricas, en las que reyes medievales casi siempre celebraban audiciones para atender a sus ciudadanos. Me pregunté si los tres reyes tendrían el mismo proceder. A nuestro alrededor se apostaban varios hombres con armadura que permanecían impasibles, como si fueran meras estatuas colocadas allí como decoración.

Aquel mundo me fascinaba, pero el castillo muchísimo más. ¡Era tal y como leí en Laura y las flores del desierto! «Jamás de los jamases pensé que me encontraría aquí. ¡Con las veces que soñé con la llegada de este día!».

A la derecha —me indicó Nise cuando llegamos a una bifurcación.

El castillo era tan grande por dentro como por fuera.

Sabes moverte por aquí ¿verdad? No me gustaría perderme antes de llegar a nuestro destino —comenté evitando soltar una carcajada.

Sí, tú no temas —afirmó.

Y tenía razón. En poco más de cinco minutos nos encontramos frente a una puerta de madera mucho más grande que las demás. Los nervios me invadieron ante la posibilidad de conocer a tan grandes personajes dentro de nuestra historia, y de la creada por una de mis escritoras favoritas.

¿Preparada?

Las puertas se abrieron antes de que pudiera responder a su pregunta. Quedé sorprendida ante tal muestra de esplendor.

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2 opiniones

  1. Es muy emocionante llegar a ese reino tan soñado, el sueño de cualquier lector *-* ¡Saludos!

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