Hace unos días, una de las autoras a las que sigo en Twitter, M. C. Latorre, publicó un tuit hablando sobre los relatos personalizados que enviaba otra autora a quienes se suscribían a su newsletter. Y como siempre puede conmigo la curiosidad, fui directa a la página web de Cristina Bou para probar esa experiencia tan maravillosa.

No se equivocaba. 

Pero antes te contaré cómo fue el proceso. Como siempre, lo primero que hice fue escribir mi nombre y mi email, hasta ahí fácil. Lo difícil era elegir una canción que me gustase muchísimo, la que yo considerase mi favorita. Me costó decidirlo porque tengo varias favoritas a día de hoy, pero me vino una a la mente que siempre que puedo escucho: Él no soy yo. Y por si fuera poco, es el título de mi novela actual. ¿Hacían falta más señales? Escribí el nombre de la canción, de quién era y me suscribí sin dudarlo. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Recibí un correo de la autora en el que me invitaba a enviarle datos sobre mí para poder escribir el relato más personalizado, pero decidí dejarla hacer solo con mi nombre y esa canción que tantas maravillas hace con solo escucharla. ¡Y madre mía, qué acierto! Reconozco que al recibir el correo con el relato, días después, lo descargué en el móvil y ahí lo dejé hasta que tuviera tiempo para dedicarle. Solo pasaron unos días hasta que decidí leerlo. Dos páginas nada más ocupó, pero dos páginas llenas de emociones a flor de piel. Dos páginas a las que sabía que podía recurrir cuando lo necesitara porque están llenas de verdades y de cosas que yo mismo pienso. Cuando terminé la lectura, pensé: Cristina me conoce bastante bien. No obstante, apenas intercambiamos palabras antes de que ella escribiera ese relato, por lo que ha sido pura casualidad. Eso no quita la emoción que sentí al leer, por eso decidí escribir esta entrada para daros a conocer a esta talentosa escritora. ¿Te animas a suscribirte en su página? No olvides decirle que vienes de mi parte cuando le comentes lo que te pareció el relato *guiño, guiño*. Porque lo más lógico es que, tras el esfuerzo, le digas al menos si te gustó ¿no?