Esta será la última entrada que publique este mes y no puedo dejarte en mejores manos que en las de Sylvie Dupuy, autora de varias obras como Perfume de rosas, El corsario azul (publicada con la editorial Dunken) y otras muchas que podrás encontrar en Wattpad. ¿Quieres saber de qué nos hablará este mes? Pues no te vayas porque te dejo con ella... ¡Que disfrutes de la entrada!
Gracias a Rocío tengo la oportunidad de expresar mi amor por uno de los géneros (o quizá situaciones), más comunes a la hora de escribir una trama romántica y, éste es el famoso cliché.
Podría decir que me encanta escribirlos porque me gustaría vivir una historia así, pero más que eso, es el entusiasmo, la ansiedad e ilusión que me provoca escribir clichés.
Algunas personas lo odian, a otras les agrada y a otras tantas les encanta. En mi caso, LO AMO, podría decirte que es como el novio o marido que siempre me hace suspirar y volver a querer un poco más de él. Y por ese motivo, cada vez que comienzo a escribir una novela, lo que me motiva aparte, de las ideas que me surgen, es agregarle el ingrediente que para mí es fundamental, el cliché. Sin eso, en mi opinión y con respecto a mis historias, no sería nada.
Sé que para algunas lectoras, el cliché es cansino y que la mayoría de las veces se repiten situaciones, tipo de profesiones en los personajes, etc pero a veces es inevitable leerlo o por lo menos curiosear la novela un poco para ver de qué trata y lo mismo pasa cuando lo escribo, aunque tengo una fascinación por él. Creo que si la trama es original o la autora le pone su toque personal e ideas que a más de una lectora la deja con una sonrisa o suspirando con alguna escena, eso le importa más a dicha escritora que todo los prejuicios que se forman alrededor del cliché, porque cumplió con su objetivo, el que la persona que está leyendo su novela haya sentido e imaginado todo tipo de sentimientos y lugares que se plasmaron en las páginas.
A la hora de crear una historia, elijo con placer al personaje masculino y si bien tengo una extensa lista de nombres, siempre suelo terminar por elegir a los mismos. Tengo una debilidad notoria con los hombres de pelo negro y ojos claros y con esos rasgos físicos los vuelco a mis protagonistas masculinos, pueden variar un poco en su color de pelo pero siempre terminan siendo de cabello oscuro. Aunque no soy una escritora que describa a sus personajes, tanto masculinos como femeninos y con eso, creo que soy la única y si hay alguien más que no lo haga, no me sentiría tan rara jaja, estoy tratando por lo menos (ahora) con algunas de mis novelas que estoy escribiendo, el describirlos a ambos y tratar de dar la mejor descripción de cada uno para que el lector pueda imaginárselos. En mi caso, no suelo describirlos porque prefiero que cada persona que lea la historia se imagine a su gusto cada personaje, siento que si tendría que describirlo, podría desilusionarla y por tal motivo me encanta que se los imaginen como mas quieran.
Volviendo al tema que nos interesa; mis personajes masculinos son fuertes, protectores, aunque algunas veces pasan por idiotas por cómo se comportan con la protagonista femenina, pero luego terminan dándose cuenta que meten la pata e intentan conquistarla. Aunque algunas veces me gusta ponerlos algo cascarrabias y serios, después terminan ablandándose con los carácteres y personalidades de las protagonistas femeninas.
Como hablaba arriba, sobre los persobajes que elijo, aparte de que tengo un crush con cada uno de ellos, tengo como predilección a cinco del listado que tengo. Cinco hombres que me vuelven loquita y suspiro cada vez que los veo por fotos, sí chicas, los sigo por Instagram y son cinco bombones. Son cinco personalidades que me encanta describir en las historias porque viendo sus fotos, puedo imaginar cómo podrían ser al volcarlos al papel. Son mi motivación a la hora de continuar escribiendo la novela que a mí parecer le corresponde a cada uno, por escenas, tipo de profesión que le quedaría mejor, cómo actúan frente a la protagonista femenina, etc.
Las situaciones clichés que más adoro en cada novela son; jefe/secretaria (es la más común y escribo una amplia variedad sobre cómo se conoce cada protagonista de cada novela), niñera/padre del bebé, prima/hermana del mejor amigo del protagonista masculino.
Si bien pueden variar éstas situaciones, por como se conocen, como llegan a terminar juntos etc, casi siempre escribo esa clase de tramas, tramas que me dan mucha ilusión cuando las narro, a pesar de lo cursis y trilladas que son, siempre me sacan una sonrisa.
A veces no es cuestión del cliché, a veces es cómo la escritora nos deja volar la imaginación con lo que se está leyendo y con esas escenas, sentirlas y palparlas como si en verdad fueran reales, como si la protagonista de cada novela fueras tú.
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2 opiniones
Pues sí, el cliché puede estar bien si, como dice Sylvie, la autora le da su toque especial. A mí de momento el único cliché que me molesta muchísimo, pero muchísimo, es el del tipo rudo que nunca se ha enamorado y luego llega ella, super linda y montada en un caballo blanco con el pelo bailando en el aire y dos ojos del color del cielo en una mañana de primavera y lo cambia. De repente rompe su coraza y adiós tipo duro. No sé, es el único cliché que de verdad me molesta y no sé por qué jajajajaja.
ResponderEliminarUn beso a las dos :)
Todos tenemos nuestros odios irracionales dentro de la literatura y los clichés jajaja. Gracias por comentar, guapa, como siempre ;)
EliminarSaludos <3
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